Durante la segunda mitad del
s.XIX y principios del XX se puso de moda la ingesta de alcaloides sedantes
para el tratamiento casi de cualquier dolencia. No importaba que en realidad sólo
valiera como tratamiento paliativo, lo cierto es que la gente se sentía mucho
mejor y era lo importante. Teniendo en cuenta que la farmacología moderna
estaba en pañales y las curas definitivas a penas existían, el mejor método que
podía existir era el colocón.
Opio
El empleo médico del opio se
remonta al Antiguo Egipto, donde muchos jeroglíficos hablan del extracto de las
adormideras y lo recomiendan como analgésico y calmante. Uno de sus empleos
reconocidos era evitar que los bebés gritasen fuerte. El opio tebaico aparece
mencionado ya por Homero en La Odisea,
como algo que “hace olvidar cualquier pena”.
Adormidera |
Los griegos la cultivaban y
utilizaban con fines lúdicos y medicinales: como analgésico, en forma de
infusiones o con el opio en bruto para el dolor de muelas, como anti-diarreico,
fiebres y para hacer dormir a los niños. Hipócrates es el que le da su nombre
actual a la droga, que traduce “opós mekonos”: extracto de adormidera. Se recomendaba
como tratamiento para la histeria femenina, lo que se consideraba “sofocación
uterina”.
Flor de adormidera |
En la antigua Roma la demanda de
opio excedía la oferta, por ello es que se llegaba a adulterar. Los romanos
acuñaron monedas con la figura de la adormidera. En su libro Materia médica,
que es el tratado farmacológico más influyente de la Antigüedad, se describe el
opio como algo que “quita totalmente el dolor, mitiga la tos, refrena los
flujos estomacales y se destina a quienes no concilian el sueño”.
Morfina
El desarrollo más significativo
en la historia del uso del opio, ocurrió cuando en 1803, el químico alemán F.W.
Sertümer logra aislar el alcaloide principal del opio, denominándolo morfina,
en relación con Morfeo, en la mitología griega, Morfeo es el dios de los sueños.
El medicamento fue comercializado por primera vez por Sertürner en 1817 como un
analgésico, y también como tratamiento para la adicción al opio y alcohol. Más
tarde se descubrió que la morfina era más adictiva que el alcohol o el opio.
F.W. Sertümer |
A partir de este descubrimiento,
rápidamente sucedieron otros como la codeína en 1832 o la papaverina en 1848.
Comienza entonces a difundirse en el mundo médico el uso de los alcaloides
puros en reemplazo de los preparados del opio.
Heroína
En 1883, Heinrich Dreser aisló un
opiáceo nuevo gracias a la acetilación del clorhidrato de morfina, con lo cual
obtuvo diacetilmorfina, que se empezó a comercializar en 1898 por el
laboratorio Bayer con el nombre de "heroína". Se cree que el nombre
de "heroína" se deriva de la palabra "heroica".
La heroína se utilizó
principalmente para tratar la tuberculosis, tan extendida por aquel entonces,
por su capacidad para suprimir el reflejo de la tos, y como sustituto de la
morfina pensando que era menos adictiva. Esto se vio facilitado por el hecho de
que se creía que la heroína producía menos euforia y desviaciones mínimas en el
comportamiento y la inteligencia. A principios del s.XX, la heroína fue vendida
como un sustituto de la morfina y de los medicamentos para la tos de los niños.
Más tarde se descubrió que la heroína se convertía en morfina al ser absorbida por
el hígado. En poco tiempo se demostró que la adicción a la heroína era mucho peor
que la de la morfina.
Desde 1920 a 1930 la heroína fue
utilizada en algunos países para la terapia de reemplazo en pacientes con adicción
a la morfina y la cocaína. Además, en las farmacias alemanas se podía adquirir
heroína hasta 1971.
Cocaína
Otro de los alcaloides utilizados
para tratar la dependencia a la morfina fue la cocaína. Se obtiene de la hoja
de coca, planta que crece en Sudamérica, de la cual existen 200 variedades de
las cuales sólo 4 producen dicho alcaloide. La cocaína es un estimulante que
funciona mediante la modulación de la dopamina, un neurotransmisor que se
encuentra en ciertas zonas y neuronas del cerebro. A principios del s.XX, la
cocaína se convirtió en el ingrediente principal en la mayoría de los tónicos y
elíxires que se crearon para tratar numerosas enfermedades.
Hoja de coca |
Su historia en Europa se remonta
hasta 1750 cuando se introdujeron los primeros arbustos de coca desde
Sudamérica. En 1859 se alcanzó por primera vez el aislamiento del alcaloide por
Albert Niemann. Hacia 1884 se empezó a usar como anestésico en clínicas en
Alemania. Aproximadamente al mismo tiempo Sigmund Freud escribió sobre sus
efectos en su obra Über Coca (sobre
la coca).
“El efecto psicológico de la
Cocainum mur en dosis de 0,05 a 0,10 gramos consiste en la excitación y la
euforia retenida, la que no se diferencia mucho de la euforia de las personas
sanas. Falta totalmente el sentimiento de alteración que acompaña a la excitación
por alcohol, también falta el efecto característico inmediato del alcohol de
ansiedad. Se tiene la sensación de incremento del autocontrol, se siente gran
vigor y de capacidad de trabajo. Pero si se trabaja se extraña la excelente y
elegante excitación e incremento de las fuerzas intelectuales por alcohol, té o
café. Se es simplemente normal y se tiene pronto el esfuerzo de creer que se
está bajo el efecto de algo.”
En 1895, Freud era usuario
habitual de cocaína. Durante su adicción, en 1900, publica su obra La interpretación de los sueños.
Sigmund Freud |
Durante un tiempo la cocaína fue
un símbolo de la medicina moderna y era el ingrediente fundamental de cualquier
brebaje que saliera a la venta. La coca y su alcaloide se utilizaban de
diversas formas, entre otras, una de sus recetas más populares consistía en
mezclarla con vino. Vin Mariani era una bebida que contenía vino y extractos de
hoja de coca. Fue creada en 1863 por Angelo Mariani quien la promovía
atribuyéndole una gran cantidad de propiedades terapéuticas. La bebida gozó de
gran popularidad entre artistas e intelectuales europeos de la época. Algunos
afirman que los papas Pío X y León XIII fueron especialmente entusiastas del
tónico. La mezcla de alcohol etílico y cocaína que contenía la bebida producía
un efecto estimulador del sistema nervioso central similar al de la cocaína
sola, pero que se veía potenciado por la generación en el hígado de un tercer
compuesto llamado etilencoca, producto de la reacción entre un metabolito de la
cocaína y el etanol.
Pero si esta mezcla de vino y
coca nos parece algo descabellado, más lo parece la receta original de una famosísima
bebida, la Coca-Cola. El farmacéutico John S. Pemberton, en 1886, desarrolló
una bebida refrescante para intentar dejar su adicción a la morfina. Consiguió
dejar la morfina pero cayó en la adicción de esta bebida hecha de extractos de
la hoja de coca. La primera receta del refresco Coca-Cola contenía extractos de
hojas de coca. La Coca-Cola llegó a contener 9 miligramos de cocaína por vaso,
pero en 1903 se eliminó cuando se descubrió el potencial adictivo de la
sustancia, sustituyendo esta por cafeína buscando el mismo efecto. La empresa
Coca-Cola no menciona en su historia el empleo de estos extractos. Aún hoy en
día Coca-Cola contiene extractos no-alcaloides de hojas de coca.
John S. Pemberton |
Láudano
El láudano es una preparación
compuesta por vino blanco, azafrán, clavo, canela y otras sustancias además de
opio; usada con fines medicinales en una gran variedad de drogas patentadas
durante el siglo XIX. Se usaba comúnmente para reducir cualquier tipo de dolor,
desde el dolor provocado por la salida de los dientes en los niños a los
típicos dolores producidos por el cáncer y otras enfermedades terminales; para
adormecer, para la ansiedad, para el tratamiento de la diarrea y para eliminar
la tos en todo tipo de procesos, desde una simple gripe a una tuberculosis.
Su principio más activo es la
morfina, pero también incluye cantidades menores de codeína y de narcotina,
aunque existía una versión de láudano sin este alcaloide, la narcotina.
Paradójicamente, la narcotina no tiene propiedades narcóticas, y sólo provoca
molestias estomacales y vómitos.
Al láudano y al opio se les
consideraba el medicamento más importante de todos los que existían en la
farmacopea de aquella época. Algunos de sus usos no han sido superados por
ningún otro fármaco moderno, y sigue estando disponible en varios países, entre
ellos España, mediante su elaboración como fórmula magistral, concretamente el
láudano de Sydenham. En España se vendía en las boticas al precio de 30
céntimos por gramo, en el año 1925.
Puede que nos escandalicemos con
los medicamentos que utilizaban nuestros abuelos, pero ¿ellos sabían lo que
estaban tomando? El mayor problema de estos “remedios” era la adicción. Hoy en
día también consumimos sustancias adictivas como la cafeína, nicotina y otras
drogas que, tal vez, ni siquiera sabemos que estamos consumiendo. Así que cambio la pregunta ¿de verdad era tan
nocivas estas sustancias en comparación con las de hoy en día? Lo sabremos
dentro de 100 años.
Fuentes:
wikipedia.org
historiasconhistoria.es
wikipedia.org
historiasconhistoria.es
Me parece muy elegante y cercana tu cuartilla dedicada a este asunto. Es muy dificil hacer bien y seriamente la tarea de divulgación. (...de la infinidad de niveles de divulgación que se necesitan) . Es curioso lo que comentas al final del artículo, ponciendo sobre la mesa la cifra de 100 años, que podrían separarnos de la necedad de ahora a la que tengamos pasado ese tiempo. Lo verdaderamente curioso es que hasta hace 100 años (exáctamente 106) todos los fármacos que mencionas son los que se llevaban utilizando desde SIEMPRE, sin que hasta entonces hubieran sido motivo de escándalo, muertes, adicción, delincuencia, trastornos físicos o psíquicos, en fin, todo lo que estas últimas generaciones de humanos nos hemos tenido que creer. Toda la delicalideza, elegancia, cariño, nobleza, arte que le hubieramos dedicado se ha visto reducida a una pequeñisima producción de huevos Faberghé!.
ResponderEliminarUn saludo fuerte.
t.