La Belle Époque es un periodo de
la historia que transcurre durante la última década del s.XIX hasta 1914,
cuando comienza la Primera Guerra Mundial. El nombre se debe a los grandes
cambios que sufría la época: expansión del imperialismo, fomento del
capitalismo, enorme fe en la ciencia y el progreso como benefactores de la
humanidad.
En política, Europa vivió un
período de paz que favoreció los avances científicos, técnicos, sociales y
económicos. Todas las naciones con gran influencia política a nivel mundial
eran europeas, las rivalidades entre estas potencias obligaban a guardar un
equilibrio de poder que, precisamente, impidió durante cuatro décadas que tales
rivalidades fueran solucionadas mediante una guerra. El imperialismo era
justificado en tanto se le consideraba como generador de valiosas fuentes de
materia prima, así como de nuevos mercados para la creciente producción
industrial, lo cual era crucial para países europeos carentes de materias
primas y con mercados internos ya bastante explotados. En toda Europa, la mano
de obra se organizó en sindicatos o en partidos políticos y se organizan en
movimientos políticos las corrientes ideológicas propias del conservadurismo y
liberalismo, en lo político y económico.
Mapa de colonias año 1900 |
La tendencia general en la gente
de esta época era optimista y ambiciosa respecto al porvenir, gracias a las
innovaciones tecnológicas que se difundieron masivamente. El positivismo (el
defensor de la fe en la ciencia) y el cientifismo (que proclama que la ciencia
lo explica todo) hicieron su aparición y empezaron a ganar adeptos entre los
intelectuales. La Belle Époque se hizo notar sobre todo en la arquitectura de
los boulevard de las capitales europeas, en los cafés y los cabarets, en los
talleres y galerías de arte, en las salas de conciertos y en los salones
frecuentados por una burguesía y unas clases medias que sacaban provecho del
desarrollo económico.
Antiguo concepto de boulevard |
La antigua aristocracia europea
aún conservó una gran influencia política; no obstante, con el auge del
capitalismo a gran escala, los aristócratas debieron compartir por vez primera
diversos privilegios junto a una burguesía ambiciosa y mucho más adinerada que
en el pasado, la cual exigía una participación importante en las decisiones
políticas gracias a su poderío financiero.
La Revolución Industrial en causó
que desde fines del siglo XIX Europa y Estados Unidos se especializaran en la
producción industrial, cuyos mercados se hallaban ahora en todo el mundo.
Además los avances tecnológicos y las nuevas fuentes de energía, como el reemplazo
del carbón y el vapor por la electricidad y el petróleo, permitieron que la
producción industrial fuera más barata y en cantidad mucho mayor que en épocas
pasadas.
Los cambios tecnológicos y
económicos impulsaron la migración de campesinos hacia las ciudades con el fin
de cubrir la falta de mano de obra para las industrias. Todas las grandes
ciudades del mundo experimentaron desde 1890 constantes aumentos de población.
El auge tecnológico hizo necesario el fomento de la educación en todos sus
niveles, mientras que las noticias del mundo exterior se difundían más fácilmente
gracias al ferrocarril, al cable submarino, y al telégrafo. Toda esta difusión
del conocimiento empezaba a generalizarse al aumentar la alfabetización para
atender las necesidades de una economía moderna, mientras crecía el número de
publicaciones de consumo popular.
Pirámide del sistema capitalista |
Las exposiciones universales
realizadas en París en los años 1889 y 1900 son los símbolos de la Belle
Époque, por su insistencia en la promoción del progreso científico y por atraer
la atención a nivel realmente mundial. Tales exhibiciones servían también para
resaltar ante un público mundial la fe en la ciencia y la tecnología, exaltando
la capacidad del individuo para dominar y vencer los obstáculos que le
planteaba la naturaleza. Si bien tales ideas databan de la época de la
Ilustración, ahora eran difundidas, entendidas, y aceptadas como válidas por
grandes masas humanas y no sólo por una élite intelectual.
Además, aparecieron las tres
corrientes pictóricas que marcarían el siglo XX: el expresionismo y el fovismo,
también se desarrolló el modernismo. Aparecieron también, a principios del
siglo XX, nuevas corrientes de expresión pictórica, basadas en la ruptura con
los cánones previos y en la admiración hacia la tecnología como el futurismo.
Fovismo |
La música reflejó un momento de
esplendor con las óperas de Richard Wagner y Giuseppe Verdi, situados dentro de
la tradición musical alemana e italiana respectivamente. Otras escuelas
musicales propugnaban el retorno a las tradiciones nacionales pero dentro de
los cánones clásicos, como los rusos Tchaikowsky, Mússorgsky, o Rimski-Kórsakov,
mientras otros fusionaban elementos clásicos y populares como el austriaco
Johann Strauss.
Tchaikowsky |
Apareció el psicoanálisis,
fundado por el austriaco Sigmund Freud, como forma de tratar los problemas de
la mente humana, posteriormente otros estudiosos como el suizo Carl Gustav Jung
continuarían con el avance de la psicología.
La Belle Époque llegó a su fin con
el estallido de la Primera Guerra Mundial en julio de 1914. Los inventos
maravillosos del desarrollo tecnológico, como el avión, perdieron su imagen
mágica cuando fueron utilizados para matar. Algunos historiadores señalan como
el final de la Belle Époque el naufragio del Titanic, en 1912, percibido como
el comienzo de la desconfianza humana hacia la tecnología.
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